“El alto consumo de bebidas azucaradas en México constituye una de las mayores amenazas para la salud pública del país, hábito que provoca más de 230 mil nuevos casos cada año de diabetes y enfermedades cardiovasculares, además de alrededor de 46 mil muertes atribuibles directamente.
“Alzamos la voz ante la falta de voluntad política para aprobar el impuesto al alcohol, una medida que la evidencia científica respalda como una de las más efectivas para reducir el consumo nocivo y prevenir enfermedades, accidentes y muertes”: RASA
JORGE LUIS PÉREZ
Solo el costo de la obesidad y el sobrepeso representan pérdidas para la economía nacional de 600 mil millones de pesos, lo que equivale a dos terceras partes de los programas sociales prioritarios.
Así lo advirtió Iván Benumea, coordinador del Programa de Justicia Fiscal en FUNDAR, Centro de Análisis e Investigación, al señalar que el sistema fiscal mexicano aún tiene margen para incrementar los impuestos al alcohol, tabaco, bebidas azucaradas y comida chatarra conforme a los estándares Internacionales.
“La recaudación debería etiquetarse de manera transparente en favor del IMSS-Bienestar. Y también resulta fundamental reformar el impuesto a las ganancias de estas industrias, para evitar que continúen recibiendo beneficios fiscales y deduciendo conceptos como las concesiones de agua y los gastos en publicidad y marketing”, manifestó.
En relación con los costos asociados al consumo productos nocivos para la salud, señaló que, con la aprobación de los incrementos a los impuestos a las bebidas azucaradas y el tabaco, el Congreso dará un paso fundamental para proteger la salud pública.
Sin embargo, aún es necesario fortalecer los impuestos saludables para que estos mecanismos contribuyan significativamente a evitar el colapso de nuestro sistema de salud.
En tanto que Paulina Magaña, integrante de la Alianza Por la Salud Alimentaria (ASA), hizo hincapié en que: “El alto consumo de bebidas azucaradas en México constituye una de las mayores amenazas para la salud pública del país.
Este hábito provoca más de 230 mil nuevos casos cada año de diabetes y enfermedades cardiovasculares, además de alrededor de 46 mil muertes atribuibles directamente a su consumo”.
Señaló que estas cifras reflejan el profundo impacto que tienen las bebidas azucaradas en la salud de la población mexicana, al contribuir de manera significativa al desarrollo de enfermedades crónicas que deterioran la calidad de vida y generan una carga insostenible para el sistema de salud y el bolsillo de las familias.
Al mismo tiempo, reiteró el llamado a las y los legisladores, así como a los funcionarios del Poder Ejecutivo, instándoles a gravar este tipo de productos de acuerdo con las recomendaciones del 20% establecida por organismos internacionales de salud.
Dijo: “El objetivo es claro: lograr un impacto significativo y efectivo en la reducción del consumo de dichos productos, protegiendo la salud y bienestar de la población”.
Finalmente, Alonso Robledo, vocero de la Red de Acción Sobre Alcohol (RASA), señaló: “Alzamos la voz ante la falta de voluntad política para aprobar el impuesto al alcohol, una medida que la evidencia científica respalda como una de las más efectivas para reducir el consumo nocivo y prevenir enfermedades, accidentes y muertes”.

Y agregó: “México perdió una oportunidad histórica al no incluir esta medida en el paquete fiscal. Una modificación a la ley del IEPS que estableciera una cuota específica por mililitro de alcohol puro de 35.421 centavos para la cerveza, 68.477 centavos para fermentados y 61.393 centavos para destilados, podría reducir el consumo de bebidas alcohólicas en un 37%, generando simultáneamente una recaudación fiscal de hasta 105 mil millones de pesos”.
Las organizaciones referidas enfatizaron, en conferencia de prensa, que la salud debe protegerse, no negociarse. Recordaron que las políticas públicas deben servir a las personas, no a las corporaciones, y que ningún acuerdo con la industria puede estar por encima del derecho a la salud de la población.



