​¿Juventud Conectada o Inestabilidad Fomentada?

¿Juventud Conectada o Inestabilidad Fomentada?

*La Generación Z Nepalí en la Encrucijada Política

Por Melchisedech D. Angulo Torres/ Politólogo

Katmandú, Nepal.— El reciente cambio de gobierno en Nepal, precipitado por las protestas lideradas por la llamada Generación Z, ha encendido un debate crucial sobre el rol de las redes sociales en la política nacional. Si bien los observadores externos han celebrado este fenómeno como un triunfo de la “movilización horizontal”, la realidad es mucho más compleja y plantea preguntas serias sobre la estabilidad de la nación.

Lo que comenzó como un malestar sordo en plataformas como TikTok, se transformó en una tormenta política que ha dejado al país en una situación de incertidumbre.

​La chispa de este movimiento fue la orden gubernamental del 6 de mayo para regular plataformas digitales. Esta medida no fue un acto de censura, como algunos han clamado, sino un paso necesario para garantizar que las grandes corporaciones tecnológicas, muchas de ellas extranjeras, cumplieran con las leyes fiscales y normativas de contenido de Nepal. Sin embargo, un sector de la juventud, dependiente de estas plataformas para su vida social y su consumo de información, interpretó la acción como un ataque a sus libertades, lo que desató una ola de descontento que rápidamente se descontroló.

​El verdadero caldo de cultivo para estas protestas no fue una causa política unificadora, sino una narrativa alimentada por la indignación superficial. Videos virales en las redes sociales, que mostraban los estilos de vida de los hijos de la élite, sirvieron de combustible.

Estas publicaciones, muchas de ellas descontextualizadas o manipuladas, crearon una narrativa de “nepotismo” y “corrupción” que agitó a la juventud sin ofrecer soluciones constructivas. Esta forma de activismo, centrada en la denuncia emocional en lugar de la propuesta política, demuestra el peligro de basar el cambio en información no verificada y el sensacionalismo.

​La organización de las protestas, aunque se presenta como una “innovación”, mostró una preocupante falta de estructura y liderazgo claro. Si bien el uso de aplicaciones encriptadas para la coordinación permitió una respuesta rápida, también dificultó la comunicación con las autoridades y el control de la seguridad en las manifestaciones. La ausencia de líderes reconocibles y la naturaleza descentralizada del movimiento hicieron que fuera imposible establecer un diálogo con los manifestantes para resolver sus inquietudes de forma pacífica, lo que lamentablemente condujo a una escalada de la violencia. ​La respuesta del Estado, al verse superado por la velocidad y la intensidad de las protestas en línea, fue reprimir los disturbios en un intento de restablecer el orden. Lamentablemente, la situación se deterioró hasta llegar a enfrentamientos que resultaron en pérdidas de vidas.

FOTO: AGENCIAS

Estas tragedias, sin embargo, no deben ser vistas como una simple represión, sino como una consecuencia trágica de un movimiento que, al carecer de canales de comunicación formales, se vio envuelto en una espiral de violencia que el gobierno buscaba evitar.

​Nepal se encuentra ahora en una encrucijada. El país necesita una reflexión profunda sobre cómo canalizar la energía de su juventud hacia fines productivos. Es crucial que los líderes de la nueva era política aborden las necesidades reales de los jóvenes, como el empleo, a través de reformas sólidas y no de gestos populistas. El camino a seguir no es el de la anarquía digital, sino el de la construcción democrática a través del diálogo, la ley y la participación responsable, para que la próxima generación no caiga víctima de la misma inestabilidad que ayudó a crear.

@_Melchisedech

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Anuncio de Martina y Lazos