LA COLUMNA DE JORGE LUIS PÉREZ

LA COLUMNA DE ES PERIODISMO

La Cima

Si algo ha quedado claro en la larga trayectoria política de Julio Menchaca, es que ha sabido crecerse ante la adversidad.

Con aplomo aguantó la congeladora durante la segunda mitad del gobierno de Miguel Osorio y prácticamente todo el de Francisco Olvera, quienes le fueron cerrando de golpe en golpe, las puertas de su entonces partido.

Su candidatura independiente por la alcaldía de Pachuca, lo puso en una posición que pocos políticos pueden presumir hoy día: haber obtenido más votos que Morena.

Con tales credenciales, el actual titular del Infonavit, Octavio Romero, entonces delegado de Morena en la entidad, lo buscó para proponerle sumarse al movimiento encabezado por su compadre, Andrés Manuel López Obrador, quien buscaría la Presidencia de la República por tercera vez, contra un partido que, parecía haber regresado a Los Pinos para quedarse.

La faena no era menor, pues en el otro flanco, se encontraba nada más y nada menos que su añejo adversario, el poderoso Secretario de Gobernación, Miguel Osorio, amigo del Presidente e incuestionable líder del priismo en la entidad.

Su talante y preparación llevaron a Menchaca al Senado como presidente de la importante Comisión de Justicia.

Con paso firme se fue constituyendo como el líder de Morena en la entidad.

Buscó sin éxito ser postulado por las fuerzas locales, quienes lo excluyeron de las listas estatales para ser medido como candidato a gobernador. Pero a pesar de eso, ganó la batalla y logró la candidatura, enfrentándose contra el aparato priista y logrando una ventaja de 2 a 1 en su elección.

No pudo empezar con el pie derecho pues la impugnación de Carolina Viggiano le retrasó considerablemente el esquema de entrega-recepción.

Hoy Menchaca gobierna una entidad que enfrenta retos en marginación, seguridad, desarrollo económico y un ambiente político complejo, producto sobre todo de la coyuntura nacional.

El tercer año de su gobierno ha llegado y la cúspide del poder.

Menchaca llega, como buen jinete, con una relación inmejorable con la Presidenta Claudia Sheinbaum, en la mano izquierda, y con mayoría en el congreso local, en la derecha.

Es notorio que las figuras que en otro momento quisieron desafiarlo, hoy han optado por la prudencia. Bien se dice que, al buen entendedor, pocas palabras.

Maquiavelo dijo: fortuna y virtud. Hasta ahora, Menchaca ha contado con ambas.

Los próximos dos años, serán de consolidación de su proyecto político, de afianzar su capital y en su caso, ponerlo a disposición de quien le represente la continuidad, en el tercero y último.

El reto pondrá a Menchaca Salazar en la disyuntiva de convertirse en un exgobernador más o en un hidalguense destacado y vigente en la política nacional, erigiendo su proyecto transexenal, como desde el siglo pasado no se ve en Hidalgo.

Al tiempo.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio