“Iniciamos un proceso de regeneración ecológica o nos quedamos como estamos; es lo que se votará”: Guerrero

Iniciamos un proceso de regeneración ecológica

JORGE LUIS PÉREZ

“Lo que se votará en la consulta ciudadana este domingo, en Tula, Tlaxcoapan y Atitalaquia, no es una fábrica, no es una empresa, no es un permiso. Lo que se vota es si queremos quedarnos como estamos o si queremos iniciar un proceso de regeneración ecológica y bienestar a mediano plazo. Se vota si aceptamos que nuestra región siga siendo una zona de sacrificio o si damos un paso hacia la justicia ambiental”.

“Se vota si permitimos que se siga enfermando a nuestra gente o si las transformamos en oportunidad agrícola. Se vota si seguimos con empleos precarios o si apostamos por empleos verdes y bien pagados. Se vota si seguimos dejando que decidan por nosotros o si, finalmente, decidimos nosotros”.

Manifestó lo anterior la diputada María del Rosario Guerrero Martínez, en la tribuna del Congreso de Hidalgo, al defender el Parque Ecológico y de Reciclaje de Hidalgo, precisando que:

“No es un proyecto que busca acumular riqueza para unos cuantos, sino bienestar para miles. No es una imposición, sino el primer gran ejercicio de democracia ambiental en México. Hoy, por primera vez en muchos años, la decisión no está en manos de otros. Está en manos del pueblo. Y estoy convencida de que el pueblo de Tula, Atitalaquia y Tlaxcoapan sabrá elegir el camino del futuro”.

En un posicionamiento dirigido a los habitantes de la región más contaminada del país, expresó su convicción de que “hoy planteo un tema que no corresponde, solamente, a una agenda de desarrollo económico, sino a un asunto de justicia histórica para las familias de Tula, Atitalaquia y Tlaxcoapan”.

Por no tener desperdicio ni demagogia política, ES PERIODISMO reproduce íntegro el posicionamiento de la profesora María del Rosario Guerrero, represente popular del distrito de Zimapán:

“Durante décadas, esta región sostuvo el peso industrial del centro del país, recibiendo las cargas que otros territorios no quisieron enfrentar: las emisiones de la refinería, los residuos de la termoeléctrica, los tiraderos industriales, las descargas de aguas residuales provenientes de la capital”.

“Durante décadas, la salud de nuestras familias, el bienestar de nuestros niños y la integridad de nuestros ecosistemas fueron puestos en riesgo en nombre del “progreso” ajeno. Y a pesar de eso, nunca se dejó de trabajar, nunca se dejó de producir, nunca se dejó de aportar. La historia de esta región ha sido, sí, dolorosa, pero también profundamente digna”.

“Hoy, sin embargo, las condiciones están cambiando. Por primera vez en muchos años, el Estado mexicano ha reconocido la deuda ambiental y social acumulada con la región, no solamente en palabras, sino en instrumentos jurídicos concretos”.

FOTOS: JORGE LUIS PÉREZ

“En 2024, la federación declaró la Zona de Restauración Ecológica en el área de influencia de la Presa Endhó, obligando por ley, que no por voluntad política sexenal, a invertir durante 12 años en: saneamiento, descontaminación, rescate de suelos, modernización de plantas de tratamiento y monitoreo permanente”.

“Esto significa que, por primera vez, no dependemos de promesas ni de cambios en el gabinete. El saneamiento dejó de ser una aspiración y se convirtió en una obligación del Estado”.

“Posteriormente, en 2025, se creó en decreto, el Polo de Desarrollo de Economía Circular para el Bienestar, denominado “Parque Hidalgo”, sobre las 275 hectáreas que alguna vez se destinaron a la cancelada Refinería Bicentenario. La importancia de esta decisión no radica únicamente en su potencial industrial, sino en algo más profundo”:

“Se reutilizan terrenos ya intervenidos, ya conectados, ya preparados, evitando así que la industria invada zonas naturales o tierras agrícolas. Esto, en sí mismo, es economía circular aplicada al territorio: transformar un espacio ocioso y abandonado en un motor de bienestar regional”.

“El Parque Hidalgo no es un proyecto improvisado. No es una ocurrencia. No es un riesgo para nuestra gente. Es un modelo integral que busca cerrar los ciclos de contaminación que por años nos afectaron, convirtiendo los residuos en recursos y los pasivos ambientales en oportunidades de desarrollo”.

“La ciudadanía ha expresado inquietudes válidas, legítimas y comprensibles. Preguntan si habrá incineración de residuos, si habrá emisiones tóxicas, si habrá riesgos para la salud. Y la respuesta, basada en evidencia técnica y científica, es contundente: no habrá incineración. No habrá quema de basura. No habrá formación de dioxinas ni cenizas volátiles que contaminen el aire”.

DIPUTADA MARIA DEL ROSARIO GUERRERO.

“Las tecnologías previstas (como la gasificación por plasma para residuos no reciclables y la digestión anaerobia para materia orgánica) no queman, no producen humo, no generan combustión. Son tecnologías utilizadas en países con los estándares ambientales más estrictos del mundo. Operan a temperaturas tan altas y en ausencia de oxígeno, que las moléculas tóxicas se destruyen y los residuos se transforman en materiales inertes que no requieren confinamiento”.

“A ello se suma un punto fundamental: la mitad de los residuos que generamos son orgánicos. Y quemarlos sería un desperdicio. Pero la digestión anaerobia permite transformarlos en biogás y biofertilizante, cerrando el ciclo de nutrientes y devolviendo al campo lo que le fue arrebatado por décadas de uso de aguas contaminadas. Esta visión en donde “nada se desperdicia”, es la esencia misma de la economía circular y el corazón de este proyecto”.

“Ahora bien, hablar del Parque Hidalgo sin hablar del agua sería incompleto. El agua es la herida abierta de nuestra región y, al mismo tiempo, la puerta más grande hacia el renacimiento económico y agrícola. Durante décadas, los agricultores del Valle del Mezquital han trabajado con aguas negras porque no había otra alternativa”.

“Esa práctica, además de limitar los cultivos a maíz o alfalfa, ha generado costos en salud y productividad. Pero con la Zona de Restauración Ecológica, con la modernización de la planta de Atotonilco, con la recuperación de ríos y canales, y con la integración del saneamiento al modelo de economía circular, por primera vez habrá agua tratada con calidad de norma para agricultura”.

“Esto permitirá reconvertir el campo hacia cultivos de mayor valor: hortalizas, frutales, productos de exportación. Los análisis indican que el valor por hectárea puede incrementarse entre 30% y 50%. Y no sólo se trata de ingresos: se trata de dignidad, de salud, de un campo vivo y productivo”.

“Por otro lado, el componente de salud no es accesorio: es central. Dicha región ha cargado por años tasas elevadas de enfermedad renal crónica y otros padecimientos ambientales. Por ello, el proyecto contempla la creación del Observatorio Epidemiológico Ambiental, con monitoreo en tiempo real, datos públicos y financiamiento proveniente del propio parque. Es decir: la salud de la gente será el principal indicador de éxito del proyecto. No los empleos. No la inversión. La salud”.

“Y hablando de empleos: la economía circular no compite con la industria existente; la complementa. No sustituye trabajadores; los revaloriza. Las habilidades de quienes hoy laboran en Pemex, CFE o en la industria local son perfectamente transferibles a plantas de valorización avanzada, a biorrefinerías, a sistemas de mantenimiento industrial, a seguridad operativa”.

“La proyección es clara: más de 150,000 empleos directos e indirectos a lo largo de la consolidación del parque. Empleos formales, empleos verdes, empleos para jóvenes y mujeres, empleos bien pagados. Y, además, la formalización de quienes hoy trabajan en el reciclaje informal, dándoles seguridad social y condiciones dignas”.

“HOY TENEMOS EN NUESTRAS MANOS LA POSIBILIDAD DE TRANSFORMAR”

“Finalmente, quiero referirme al punto más importante: la confianza. Todos sabemos que, durante años, los grandes proyectos se impusieron sin consulta, sin diálogo, sin transparencia. Y esa herida sigue abierta. Pero este proyecto no se construye de arriba abajo; se construye con la gente”.

“hoy tenemos en nuestras manos la posibilidad de transformar la herida en oportunidad, el dolor en esperanza, y el abandono en renacimiento. El Parque Hidalgo no es un capricho: es la puerta hacia un futuro más sano, más justo y digno para nuestra región”.

“Por eso, desde esta tribuna, convoco respetuosamente a las vecinas y los vecinos a votar a favor del Parque Hidalgo. A votar con responsabilidad, con información, con esperanza. A votar pensando en el agua que heredarán nuestros hijos, en los empleos que tendrá nuestra juventud, en la salud de nuestras familias y en la dignidad que tanto tiempo nos fue negada”.

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